Alicante combina una posición estratégica en el Arco Mediterráneo, una infraestructura moderna y una alta conectividad logística, lo que la convierte en un nodo competitivo para la inversión internacional. Pero su verdadero valor diferencial reside en un entorno que une eficiencia operativa con calidad de vida, gracias a su clima privilegiado, seguridad urbana y un estilo de vida saludable que atrae a profesionales y empresas extranjeras, entre las que destaca cada vez más la presencia alemana.